Lawrence Stroll, el magnate canadiense que rescató a Aston Martin en 2020, volvió a sacudir el tablero. Su consorcio Yew Tree inyectará 52.5 millones de libras para elevar su participación al 33%, comprando 75 millones de acciones a £0.70 cada una.


En una entrevista con el medio económico Bloomberg comentó que la empresa está "gravemente infravalorada" y que su valoración bursátil de alrededor de 650 millones de libras es una "broma", dijo Stroll, añadiendo que podría plantearse llevar Aston Martin a la bolsa si no mejora con el tiempo.

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Mientras realiza los ajustes en Aston Martin Lagonda, Stroll también mira hacia la pista. El equipo de Fórmula 1 que lleva el nombre del fabricante —y que él controla por separado— busca un inversor estratégico para vender una participación.

La meta: superar los 1.800 millones de libras de valoración logrados en 2023 con HPS y Accel Partners. "Felizmente, con la demanda entrante, podríamos ser muy exigentes sobre a quién vender este porcentaje", aseguró.


Stroll ha inyectado más de 600 millones de libras desde el rescate, pero la deuda sigue pesando. Con esta nueva ronda de capital y un plan de eficiencia, busca enderezar el rumbo.

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El nuevo CEO, Adrian Hallmark (ex Bentley Motors), enfrenta vientos en contra. Los aranceles de Trump en EE.UU. obligan a revisar las previsiones de ventas para 2025. Ya no se espera un crecimiento del 5%, sino uno "modesto". "No es catastrófico, solo es molesto" , admitió Hallmark.

Además 170 empleados (5% de la plantilla) serán despedidos. Entretanto proyecta generar flujo de caja positivo en el segundo semestre de 2024, tras no conseguirlo en el primer intento.